En la jornada este martes en el recinto de la Legislatura Provincial tratamos el Proyecto de Reforma la Constitución de la Provincia, la normativa madre y matriz de todo el sistema de leyes e instituciones de la provincia, en un tiempo récord y hasta pareciera que con apuro.
Si bien y como expresan los fundamentos, las Constituciones no son eternas, y el paso del tiempo puede llegar a ameritar su actualización; es justamente el contexto político y económico actual el que amerita la atención del Estado y el uso de sus recursos en la cobertura de necesidades mucho más urgentes que en la reforma de una Constitución Provincial que demandará según se dice alrededor de mil millones de pesos.
Todo esto en un Jujuy que tiene una tasa de desocupación en marcado ascenso en comparación con el primer trimestre del año, según datos del INDEC. Con una inflación del 6,9% en agosto y del 52,7% en lo que va del año según el último reporte de la DIPEC. Por otro lado, seguimos con la ausencia de paritarias mensuales y acordes a estos índices que conlleva a la pérdida sistemática del poder adquisitivo de los trabajadores.
El Ejecutivo Provincial dice querer modernizar la Constitución y presenta un proyecto con propuestas que resultan una manifestación de absoluta demagogia, pretendiendo por ejemplo “consagrar la integración y jerarquía” de los tratados internacionales cuando estos ya están consagrados en el bloque de Constitucionalidad Federal; o cuando pretende “reforzar la propiedad privada” como si no tuviera suficiente fuerza o consagración en el artículo 17 de la Constitución Nacional que la declara como inviolable; o “prohibir la usurpación” como si estaría permitido usurpar, o “reforzar el deber del estado provincial en el combate del narcotráfico” lo que es competencia del Congreso Nacional, entre otras.
De esta manera, esta propuesta de reforma no sólo propone que se regule lo ya regulado repitiendo lo que ya está consagrado por una norma federal, sino que además pretende regular en competencias propias del Estado Nacional, consagrando además ideales que no hacen más que darle ese color demagógico sin mayor efecto.
Hechas estas observaciones, cabe preguntarnos si era realmente de urgencia la reforma constitucional planteada, cuando son muy pocas las normas que tocan a las estructuras de fondo y no cambian la realidad actual y crítica del pueblo jujeño.
Por todo lo expuesto, hoy en la Sesión Especial de la Legislatura, no acompañé la Reforma de la Constitución Provincial.
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