Durante el último fin de semana, venció el plazo para la presentación de las agrupaciones justicialistas que participarán de las elecciones internas del otrora partido gobernante, previstas para el próximo 17 de noviembre. Dicha convocatoria constituirá un trámite clave para la reorganización del espacio político que fuera intervenido en 2023. A la vez, allanará el camino a seguir de cara al compromiso legislativo del próximo año en el que se buscará generar una alternativa política que confronte al actual oficialismo radical. Sin embargo, el proceso no estará exento de dificultades, vinculadas especialmente en las aspiraciones sectoriales y personales de los referentes justicialistas que buscan ser conducción.
La idea de una unidad partidaria, que permita superar muchos años de pujas internas, se impone por sobre las ya conocidas rivalidades entre varios de los exponentes del justicialismo provincial. Cabe mencionar que dichas rivalidades, y los intereses personales detrás de las mismas, llevaron a que el PJ no solo perdiera la gobernación en 2015, sino también numerosas bancas en el parlamento provincial y en un número importante de comunas del interior. Fueron esas mismas rivalidades las responsables de las sucesivas derrotas en las elecciones de medio término, e incluso, fueron determinantes para la intervención del partido en el marco del proceso de reforma de la Constitución.
Los históricos referentes del PJ jujeño, que aún aspiran a ocupar espacios de representación, son señalados por las bases militantes como los principales responsables de la debacle y crisis partidaria. Durante años, las conducciones se vieron envueltas en polémicas originadas en erradas estrategias políticas y en supuestos acuerdos con los referentes de la UCR que provocaron la perdida de representatividad y fuertes reclamos por una renovación total en la conducción partidaria.
A pesar de dichos reclamos de la militancia, algunos de ellos hoy se muestran a favor de elecciones internas, e invocan la unidad partidaria, pero arrogándose ser los “salvadores” del justicialismo. Dichos pronunciamientos no hacen más que confirmar que a pesar del tiempo transcurrido y los nuevos escenarios políticos a nivel país, y en el orden provincial, aún subyacen viejas “mañas” y maniobras que no hacen más que instalar un manto de dudas sobre el proceso eleccionario que se avecina.
Cumplido el plazo, son tres los sectores que en Jujuy participarán de las internas del peronismo nacional y provincial, que se llevarán a cabo el próximo 17 de noviembre. La primera de las opciones, bautizada como “Primero la Patria”, está encabezada por la diputada nacional Leila Chaher quien procura mostrarse como férrea defensora del kirchnerismo en la provincia. Detrás de su figura emerge uno de los referentes del justicialismo más cuestionado por la militancia, el diputado provincial Rubén Rivarola.
En segundo término, se postula el sector presidido por la senadora, y no menos polémica, Carolina Moíses. Esta lista, al igual que el anterior sector, lleva por nombre “Primero la Patria”, y también aspira ser conducción y enarbola las banderas del kirchnerismo, a pesar de sus “inconductas” en el Congreso nacional que no pasaron desapercibidas.
En tercer lugar, se postula la lista “Rojo Punzó Federales” que es encabezada por Diego Martín Palmieri, quien se alinea con el gobernador riojano, Ricardo Quintela, que disputaría la conducción partidaria a nivel nacional con la ex presidente, Cristina Fernández.
A pesar de que varios de los exponentes del PJ afirman haber buscado, mediante el diálogo, los consensos necesarios para lograr una lista de unidad en la provincia, los hechos a las claras reflejan que la unidad justicialista en Jujuy aún está lejos de alcanzarse sin una verdadera renovación de los cuadros dirigenciales.
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